sábado, 1 de diciembre de 2018

Amo a Mirella (Narración)


Era inicios de diciembre e iba finalizar el año escolar, para saber las notas de mi hijo menor, fui al colegio primario donde asistía. Era hora de recreo y aproveché para buscar a mi hijo antes de llegar a las oficinas del director del colegio primario en donde el estudiaba, al ingresar a su aula no había casi nadie, excepto un niño sentado en el piso en un rincón del aula, con sus codos sobre la rodilla, sosteniendo con sus manos sus pequeñas mandíbulas con aires de angustia y en el suelo un sobre entreabierto asomaba la palabra "A PAPA NOEL", con letras en mayúsculas, me acerqué y con una sonrisa le dije:
- Niño, te ayudo a entregar tu sobre al cartero.  Y el me miró con ojos furiosos, para decirme:
- No me diga que conoce la casa de Papa Noel. Y luego volvió su vista al suelo con su mirada perdida.
Me acerqué más y me senté en cuclillas a su lado como intentando comprenderlo, más presintiendo algo levanté la vista hacía la pizarra y pude leer: "TAREA: Redactar una carta a Papa Noel", entonces comprendí y le dije:
- Niño, en verdad quiero ayudarte. 
Y el me miró de costado y me dijo:
- No puedes señor, nadie puede ayudarme.
- ¿Que es eso tan difícil de ayudar?
- Mejor lee mi carta señor.
Diciendo esto empujó hacia mi la carta que estaba en el suelo, la abrí y decía así: "Señor Papa Noel: nunca me has regalado nada, pero si tu existes has que mi profesora me quiera como yo la quiero, porque yo AMO A MIRELLA".
Me quede estupefacto, en verdad no sabia que decir pero me repuse y le dije: 
- Niño, todo esta bien, ¿Cual es la dificultad? 
Levantó la vista y con ojos llorosos me dijo:
- Acabo de escuchar al director decirle a la profesora que Papa Noel no existe ¿Entiendes?.
Nunca me había sentido tan impotente, me levante y la profesora MIRELLA estaba saliendo por la puerta. Había oído todo y se iba directo hacia el baño quizá a llorar la escena. Una gota de lágrima me rodó la mejilla y me apresure a secarla.
Tenía razón el niño, no podía ayudarlo no habría navidad ni Papa Noel para ese niño, cuando de pronto sentí la mano de mi hijo cogiendo mi mano, tuve que despedirme balbuceando una disculpa y me fui con la impotencia de no haber podido ayudar esta vez y con estas dos frases retumbando en mi mente: AMO A MI PROFESORA MIRELLA y PAPA NOEL NO EXISTE NADIE ME PUEDE AYUDAR.

Autor del relato: Paco Cóndor Inche
01-12-2018, Palmawasi - Perú.
Cualquier similitud con el relato es pura coincidencia.

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