Como escapar de su mirada,
transparente y tan pueril,
en su rostro cielo puro,
le florece candidez.
Me traspasan esos dardos,
sus pestañas alabeadas,
mi corazón palpita pronto,
mis torrentes me enrojecen.
En su cabello ensortijado,
se enredaron mis palabras,
le murmuro balbuceante,
"cuanto cuestan ser tu amigo",
Su silencio y su sonrisa
me confiesa esta pagada,
con dos tamales criollos
y mi palabra sincera.
Yo me retiro murmurando,
esta niña me hizo el dia,
ella en la esquina parada,
disimula un nerviosismo.
Lima - 27-10-2017
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