Me torturan los huesos tarsos,
los metatarsos y los humeros,
mi mandíbula desencajada
balbucea extrañas letras,
un delirio me consume en mis sueños
mientras se extingue mi estrella,
de color purpúrea,
titilante y enigmática
sin palabras,
simplemente se va,
se extingue
y deja de brillar.
No más sueños
no más goces,
no más fe;
solo queda resignación.
Ayer volvió a mirar,
Sus palabras ancladas
en el eco del atardecer
y luego se fue.
Le pregunté a la rosa:
¿Ella como esta?
No hay perfume,
solo un viento frío
y esta lluvia incesante.
Mal presagio,
otra vez resignación.
Autor: Paco Cóndor Inche
Palmawasi - Perú
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